Puede alguien morirse de insomnio
El insomnio: una pesadilla potencialmente fatal
Hay gente a la que le gusta calcular cuánto tiempo le quitan a la vida mientras duermen y cuántas horas ganarían para ser arrancados de esta necesidad vital. dormir, pero pocos piensan cuánto queda de vida y salud del macabro círculo vicioso del insomnio, para muchos una pesadilla diaria que desearían que fuera solo un sueño. Y no hay nada más cercano a la cruda y dura realidad de las estadísticas del día a día. El número de personas con insomnio que se encuentran de baja por enfermedad en cualquier categoría, desempleados, jubilados o en cualquier situación de derivación laboral, alcanza el 40 por ciento. De igual forma, alrededor del 30 por ciento de los insomnes desarrollan conductas adictivas a sustancias que no están destinadas a combatirlo, como el alcohol o el tabaco. Son datos confirmados esta semana por Diego García-Borreguero, director del Instituto de Investigación del Sueño, quien también recuerda que este trastorno del sueño está detrás de muchos accidentes laborales, de tráfico y domésticos. Para este experto en trastornos del sueño, lo extraño es que no lo padezca una sola vez, ya que diversos estudios demuestran que el insomnio transitorio puede afectar entre el 30 y el 80 por ciento de la población en algún momento de su vida. no dura más de un mes. Explica que el insomnio se considera crónico a partir de los seis meses y que entre el 8 y el 12 por ciento de la población lo padece, según diversas investigaciones. «El insomne crónico es entonces una persona que sufre la mayor parte de los días desde hace al menos seis meses de un problema que inicia o mantiene el sueño o una sensación de sueño sin renovación con la disfunción del día, por ejemplo sensación de cansancio, somnolencia; dificultad para concentrarse; dificultades de memoria y rendimiento e irritabilidad o malestar físico”, dice. Para Fernando Sarrais Oteo, del Departamento de Psiquiatría de la Clínica Universitaria de Navarra, “las causas más frecuentes son los trastornos emocionales de carácter reactivo y las enfermedades psiquiátricas”. “Todas aquellas enfermedades que producen dolor o sensaciones físicas desagradables” también pueden ser provocadas por la ingestión de determinadas sustancias o circunstancias ambientales como el ruido o el calor, según explica. Gualberto Buela-Casal, director del Laboratorio de Psicofisiología de la Universidad de Granada, también menciona el estilo de vida actual o la organización de la vida laboral. Este es el caso de Juan P.L., de 53 años. “Tuve un trabajo durante mucho tiempo cuando me seguían llamando con alertas nocturnas. Aunque ahora no es así, no puedo dormir tan profundamente como me gustaría, esperando que surja algo”, explica. García-Borreguero explica que “es recomendable, y además está reconocido internacionalmente, que los pacientes con insomnio crónico, incluso antes de iniciar el tratamiento farmacológico, se sometan a un programa de tratamiento cognitivo conductual”. Se trata, por un lado, de fomentar hábitos de vida y sueño saludables en el paciente, y por otro lado, aprender técnicas de relajación y desactivar hábitos de meditación que se producen en los momentos de insomnio. Juan José Poza Aldea, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y del Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), recuerda que también existe la posibilidad, aunque los casos comunicados son anecdóticos, de lesiones provocadas por infartos cerebrales o por. Los traumatismos si afectan a la zona de la base del cerebro donde se encuentran los centros que inician el sueño -el hipotálamo- pueden provocar insomnio. Atendió a un joven de 24 años que perdió la capacidad de soñar tras sufrir un hematoma izquierdo en el Hospital Donosti de San Sebastián. Sin llegar a casos tan extremos, la profesión médica coincide en que existe una relación entre el sueño y la salud. García-Borreguero señala que, a largo plazo, el insomnio parece estar asociado a enfermedades cardiovasculares -como la Hipertensión Arterial-, disfunción inmunológica; algunas enfermedades neurológicas y neurodegenerativas; enfermedades hormonales – diabetes y obesidad; también reumáticas, en mujeres, y “completamente relacionadas” con enfermedades psiquiátricas. De hecho, entre el 50 y el 60 por ciento de las personas con ansiedad y depresión también padecen insomnio, según Antonio Pedrera, médico adjunto del Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid Cuatro horas de sueño María D.V., de 40 años, sufrió de insomnio y depresión durante varios meses. “Al principio no quería dejar el trabajo para mantener la cabeza ocupada, pero al final, con menos de cuatro horas de sueño al día, tuve que tomarme cinco meses sin trabajar”, recuerda. “Existe una clara relación entre la depresión y el insomnio”, dice García-Borreguero. El insomnio es una causa de la depresión, pero también hay pacientes con depresión que se han recuperado pero aún tienen insomnio. Son pacientes que tienen un mayor nivel de recaída”. En la reunión anual de Associated Professional Sleep Societies, Sleep 2009, realizada a principios de junio en Westchester, Estados Unidos de América, se presentó un estudio con 15.659 adolescentes según el cual los niños que se acostaban a medianoche o después de las dos once de la noche 25 por ciento. tienen más probabilidades de estar deprimidos en comparación con aquellos cuyos padres los acuestan a las 10 p.m. o antes de eso. El director del estudio, James E. Gangwish, profesor del Departamento de Neurociencia Cognitiva del Departamento de Psiquiatría de la citada universidad, explicó esta semana que “estas mismas conclusiones se pueden aplicar también a los adultos”. García-Borreguero argumenta que no hay consenso entre la profesión sobre si el insomnio en sí mismo es un factor de riesgo para la depresión o simplemente una señal temprana de ella. En general, y para muchas enfermedades, “el insomnio es una luz roja que nos alerta. A veces, el insomnio no es el problema en sí mismo, sino una indicación de que algo más no va bien. Es un marcador de salud potente, bastante fiable”, dice. Lo que se sabe es que no es el único trastorno que hace que los españoles pierdan el sueño: las parasomnias -como el sonambulismo-; el síndrome de piernas inquietas -que contribuye a una sensación tan incómoda- en las piernas que obliga a levantarse de la cama – o apnea del sueño – pausas respiratorias – para competir entre la falta de sueño por la noche Genética Pero, sin duda, el problema más grave y es el llamado Familiar El Insomnio Fatal (ILF), que ha cobrado la vida de hasta siete miembros de una misma familia durante tres generaciones, es una enfermedad priónica, una encefalopatía espongiforme transmisible, como la Creutzfeldt-Jacob hereditaria, o causada por una mutación genética. Juan José Poza Aldea, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y el Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explica que se trata de una enfermedad neurodegenerativa y que es hereditaria, rara y rara pero mortal. Aranzazu contó a “A Tu Salud” cómo perdió a su hermana, a los 43 años, y a su madre, a los 68. “A los tres años de la muerte de mi hermana, mi madre se enfermó. El cuadro era el mismo, pero más difícil, porque mi madre ya sabía lo que le esperaba».Como explica Juan José Zarranz, coordinador clínico de la red del sistema de vigilancia epidemiológica, «normalmente los pacientes empiezan con un insomnio rebelde que no responde a los hipnóticos» (el fármaco habitual contra el insomnio). Es este síntoma el que da nombre a la enfermedad, aunque puede comenzar con trastornos de ansiedad o de memoria, e incluso trastornos motores. “Recuerda mi hermana -recuerda Aranzazu- empezó estaba adelgazando, cansada, iba a la cama y no dormir. Estaba teniendo problemas con su marido y pensábamos que estaba deprimida. Entonces él empezó a temblar, no poder expresar bien la voz y le costaba recoger las cosas». Se han descrito menos de un centenar de casos en todo el mundo, unos 40 en España y casi la mitad en el País Vasco, sobre todo en el sur de Álava, según la investigadora Ana Belén Rodríguez. “El elevado número de casos observados en Euskadi se debe a un efecto fundador: en un momento dado la mutación del gen se instauró en un lugar geográfico y siguió transmitiéndose de generación en generación”, dice en su tesis, que realizó sobre él. dirigido por Zarranz y Marian Martínez, profesora de la Universidad del País Vasco. Pero los pacientes no mueren por falta de sueño. Juan José Poza Aldea señala que “la enfermedad provoca un deterioro de las funciones superiores (como la atención, la memoria o el lenguaje) y un cuadro de deterioro progresivo”. Así lo corrobora Zarranz, quien dice que los primeros indicios apuntan hacia “un trastorno mental, un trastorno cognitivo global, con demencia”. Aranzazu explica cómo, cuando su hermana estaba internada, una prima fue a verla y tuvo que salir de la habitación. « Me dijo: « Tu hermana es como mi padre. Tiene lo mismo, el mismo tic, el mismo temblor. Pero él murió de un paro cardíaco y ella no supo qué era hasta que murió. Un estudio clínico publicado por la revista “Neurology” incluye también dos casos de dos hombres de 43 y 49 años de una misma familia con “trastornos del sueño con agitación, sueño interrumpido, ronquidos e hipersomnia durante el día” que fallecieron a los pocos meses. De hecho, según Zarranz, también catedrático y jefe del Servicio de Neurología del Hospital de Cruces de Bilbao, “al final los pacientes acaban en estado vegetativo, en coma y muertos”. Los casos más malignos en seis meses; la media, en doce, pero hay casos con una evolución más larga de dieciocho o veinte meses, se revela. “Mi hermana estuvo unos seis meses y mi mamá un año”, cuenta Aranzazu. La ILF valora la juventud, ya que los pacientes más jóvenes rondan los 30 años. El gremio médico, admite Zarranz, sugiere que los potenciales portadores no tienen riesgo de tener hijos biológicos ya que la enfermedad tiene un 50 por ciento de posibilidades de transmisión, un porcentaje muy alto. Las familias afectadas pueden averiguar si son portadoras mediante pruebas. No muchos quieren. Aranzazu dice que nadie quiere hacerlos suyos. «¿Para qué, si no hay cura?». Para tener descendencia, la única posibilidad, según Zarranz, es realizar un diagnóstico preimplantacional: de los óvulos fecundados elegir el que no tenga la mutación, sin informar a la mujer si es portadora. Descargar
¿Existe tratamiento para el insomnio?
En realidad, y como ya se ha dicho, no existe un tratamiento eficaz para recuperar a la persona que padece insomnio familiar fatal. La terapia se centra principalmente en el alivio sintomático y los cuidados paliativos. Las diferentes modalidades de tratamiento son las siguientes:
- Es importante suspender los medicamentos que pueden empeorar la confusión, la memoria y/o el insomnio, especialmente los barbitúricos y las benzodiazepinas.
- Los problemas para tragar pueden requerir una sonda de alimentación.
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