Existe la depresión Facebook
La adicción a Internet es un problema cada vez mayor en nuestras vidas. Es difícil especificar a qué eres adicto en concreto: pueden ser chats, juegos, redes sociales, etc. En este caso nos centraremos en esta última, concretamente en la adicción a Facebook y su posible relación con el estado de ánimo deprimido.
En un estudio realizado por Jiménez y Pantoja 2007 sobre personas diagnosticadas de adicción a Internet, se observó que el 80% de ellas presentaban problemas familiares o sociales, tendencia a la depresión o inestabilidad emocional. Para poder confirmar que una persona es adicta a Internet, existen varios requisitos que debe cumplir su comportamiento, y entre ellos se encuentra la preocupación en las relaciones cara a cara.
Depresión en Facebook
Facebook es una de las mayores redes sociales utilizada por millones de usuarios diariamente. Los motivos para visitar la red social son variados y se utiliza como forma de entretenimiento, para tener un lugar donde expresarse, para contactar con personas que se encuentran lejos, por curiosidad o para sentir pertenencia a un grupo. Sin embargo, a veces esta red se utiliza para dañar a la persona.
Hay gente que pasa mucho tiempo mirando las publicaciones de otras personas, tanto amigos como conocidos. Los trabajos más comunes están relacionados con cosas positivas e interesantes que le han pasado a la persona, como viajes, cenas o diferentes actividades. En cambio, las experiencias negativas vividas por la persona, como fracasos, tristeza o ansiedad, no suelen ser publicadas. Por eso, en las redes sociales solo aparece la parte que quieres mostrar, la parte positiva que el usuario elige cuidadosamente antes de publicar.
Facebook: un lugar al que los psicólogos no pueden acceder
El principal atractivo de utilizar las redes sociales para diagnosticar la depresión es que muestran partes de la vida de una persona a las que los psicólogos no pueden acceder fácilmente.
Esta es la principal máxima de los científicos responsables de este estudio, que comenzó hace seis años, cuando los investigadores de WWP comenzaron a estudiar cómo las palabras que usa una persona podrían estar relacionadas con su estado emocional. Al concluir que parecía haber una conexión clara, el fundador del proyecto, Johannes Eichstaedt, investigó si también podrían estar relacionados con el uso de las redes sociales. De ser así, sería posible desarrollar aplicaciones que pudieran diagnosticar la depresión y otros trastornos mentales, incluso antes de que el entorno del paciente en cuestión se vuelva sospechoso.
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